La ya no tan nueva y pésimamente mantenida Avenida Brasil que se extiende desde la muy céntrica Avenida J. B. Flores hasta la Supercarretera , en mi querida ciudad de Hernandarias, sería algo verdaderamente maravillosa, si estuviera bien construida, pero por desgracia, no lo está.
Para colmo de males, no cuenta con ningún tipo de señalización, por lo tanto, esos tremendos y peligrosos badenes disimulados por el agua, después de caer unas cuantas gotas locas, y que tendrían que estar entubados, ya que son una perfecta trampa para los automovilistas desprevenidos.
Eso de día, imagínense de noche y con poca iluminación, que es lo que ocurre actualmente, ya que a nadie se hace responsable en reponer las lámparas quemadas. Si fuera un mal pensado diría que el proyectista estuvo en complicidad con empresas locales de reparación de elásticos y amortiguadores.
Pero esto no es lo más sustancial de esta historia, sucede que la cañería pluvial que debía empalmar con un caño maestro y desembocar a la altura de la Supercarretera , fue desviado con un codo, para derivar casi todo el agua de esa zona, exactamente al lado de la Capilla San Antonio. Esta por suerte no es posible hundirla, gracias a una poderosa fundación-nivelación con piedra bruta, de otro modo ya sería la primera capilla submarina paraguaya.
Con toda esa agua acumulada, se ha originado un micro sistema ecológico maravilloso que es una verdadera sinfonía de colores y de ruidos. El punto resaltante, es el excelente estado de conservación de la fauna recién creada y del magnífico espejo de agua, bautizada generosamente por los vecinos del lugar como la Laguna Retamozo.
Allí se cumplen todas las leyes de conservación de las especies dictadas por los más fanáticos ambientalistas. Esta hermosa laguna alberga una variada fauna, y los vecinos muy contentos (se acuerdan todos los días de las madres de los constructores) están planificando organizar verdaderos safaris fotográficos y excursiones de las escuelas de la zona, en donde los profesores enseñarán de manera práctica a los escolares, de como debe hacerse en realidad para contagiarse el dengue.
Ratas, culebras, millones de larvas de mosquitos, ranas, sapos (terror de las señoras y no señoras), insectos de todo tipo y laya, y bichos que ni Bertoni pudo clasificar. Con semejante descripción, no puedo creer que ningún funcionario de la Municipalidad haya pasado por el lugar, o alguno de la Gobernación , o de la empresa constructora o un fiscal o simplemente una persona que tenga más de dos dedos de frente y que actué de oficio.
¡¡¡Por fin!!!, ahora sí se ha creado un nuevo e interesante polo de atractivo turístico, en Hernandarias y debemos explotarlo mientras dure. Por las dudas aconsejo de “muy buena onda” a los vecinos que echen unas cuantas tilapias y que organicen un “pesque y pague”, seguro que no ganaran mucho dinero, pero se van divertir un largo rato, cosa que a los hernandarienses, nos está faltando reírnos de vez en cuando, ya que desde hace mucho tiempo que no lo hacemos.
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